Pruebas a los rociadores automáticos
Los rociadores automáticos, según la NFPA 25 deben ser sometidos a un laboratorio de pruebas reconocido y aceptado por la Autoridad Competente para llevar a cabo pruebas de funcionamiento de campo. Existen varios lineamientos, según el tipo de rociador instalado a probar, los más comunes son los siguientes:
- Sistema de rociadores automáticos con más de 50 años de antigüedad, se deben reemplazar los rociadores automáticos o deben probarse muestras representativas de una o más zonas de muestra. Este proceso debe repetirse en intervalos de cada 10 años.
- Los rociadores automáticos de respuesta rápida, con una antigüedad de instalación de 20 años deben ser reemplazados o deben probarse muestras representativas y ser nuevamente probados en intervalos de cada 10 años.
- Los rociadores secos que tengan 15 años de instalación deben ser reemplazos o probadas muestras representativas y ser probados a intervalos de cada 10 años.
- Los rociadores expuestos a entornos adversos como atmósferas corrosivas deben ser reemplazados o deben probarse muestras representativas cada 5 años.
Las muestras representativas se definen como un mínimo de no menos de cuatro rociadores o el 1% de la cantidad de rociadores por muestra de rociador individual, lo que sea mayor.
En el caso que, de una muestra representativa no cumpla con los requisitos de las pruebas, todos los rociadores instalados del área, zona o sistema representado por esa muestra, deben ser reemplazados.
El procedimiento para enviar los rociadores a realizar las pruebas es sencillo. Se deben revisar las cantidades de muestra a suministrar, etiquetar correctamente cada conjunto de muestras para identificarlas correctamente, colocar la información del propietario, tipo de ocupación que protege cada rociador y su ubicación. Las muestras no serán devueltas por lo que, el propietario debe reemplazar estos rociadores y dejar el sistema en operación.
El laboratorio autorizado de este tipo de pruebas, una vez que finaliza las mismas, suministrará un informe sobre los resultados en el que evalúan la efectividad de los sistemas de rociadores o la necesidad de reemplazar los rociadores que se encuentran actualmente en servicio.