Riesgos de Incendios en Estacionamientos Cerrados con Vehículos Modernos
En los últimos años, el mercado de vehículos ha evolucionado tanto en sus diseños, pesos de los vehículos, el aumento de componentes de plástico, así como las diferentes tecnologías de motores y el uso de combustibles alternos como las baterías de iones de litio y las celdas de combustible de hidrógeno.
Conforme a lo anterior, diferentes entes de investigación a nivel mundial iniciaron la tarea de investigar las diferentes entre los vehículos convencionales y los vehículos modernos.
Los cambios en el riesgo de incendios de los vehículos modernos se basan en dos hipótesis:
- Aumento de componentes de plástico en la constitución del vehículo moderno y otros materiales combustibles; además de la reducción de la distancia de estacionamiento entre vehículos. El material suele encenderse con mayor facilidad. la energía de combustión es mayor y arde con más intensidad. Esto también incluye, que los depósitos de combustible han cambiado de metálicos a plásticos y en tamaños mayores.
- El crecimiento de vehículos de combustible alterno que sustituyen a los motores de combustión interna.
Los requisitos fundamentales para estructuras de estacionamiento consideran dos aspectos: resistencia al fuego y sistema de rociadores automáticos y detección, de acuerdo a NFPA 88A. El criterio para protección a base de rociadores automáticos varió en 2023. Anteriormente en estructuras abiertas, con ciertas características, no era obligatorio el uso de rociadores automáticos. Ahora no diferencia entre edificación abierta (aberturas distribuidas uniformemente en dos o más lados), cerrada; toda área de parqueo techada requiere un sistema de rociadores automáticos. Lo anterior debido a los mayores desafíos relacionados con la constitución de los vehículos modernos.
Las baterías de iones de litio en vehículos eléctricos presentan un riesgo de incendio particular. A diferencia de los vehículos de gasolina o diésel, estos incendios son más difíciles de extinguir y requieren cantidades de agua mayores para su contención y extinción. Otro punto a considerar es que, a raíz de una colisión, pueda ocasionarse daños en la batería que pueden desencadenar en una fuga térmica, que puede llevar a una ignición posterior y, lo que es aún más desafiante, a una reignición difícil de controlar.
El mayor riesgo en un vehículo de celdas de combustible de hidrógeno es la ruptura del tanque de almacenamiento de hidrógeno y la liberación del gas (fuga). Dado que el hidrógeno es más liviano que el aire, el hidrógeno que se escapa o se quema se elevaría en una columna, a diferencia de un vehículo a gasolina donde el combustible derramado se acumula debajo del automóvil.
En un área abierta (sin techo), la llama vertical puede no ser un problema, pero una llama de hidrógeno podría representar un riesgo en un recinto cerrado como lo es una edificación de estacionamientos de uno o varios niveles. Los sistemas previamente diseñados podrían no ser suficientes para un incendio de este tipo con una llama de chorro de hidrógeno. El modo de operación de los rociadores al activarse es enfriar la llama y el vehículo, pero existe el riesgo de que se provoque una rápida propagación del incendio o el posible derrumbe del edificio.
Los efectos térmicos de los incendios en vehículos modernos radican en que la temperatura que se acumula en el techo dentro de un edificio de estacionamiento durante un incendio puede:
- Desprendimiento del Hormigón, debido a las altas temperaturas durante un periodo extenso.
- Falla del Acero Estructural, debido al alto coeficiente de transferencia de calor en estructuras sin aislamiento.
Las normas actuales han aumentado la densidad de los rociadores y la clasificación del riesgo, esto considerando más niveles de rociadores automáticos para las nuevas estructuras automatizadas de estacionamiento con el objetivo de evitar la propagación del fuego a los vehículos adyacentes.
Aunque los incendios que involucran automóviles no son frecuentes, en la última década se han producido varios incidentes considerables por su alcance y gravedad. Como era de esperar, los sucesos significativos suelen implicar una alta densidad de automóviles dentro de una edificación o una edificación con estructura automatizada, donde la proximidad de los vehículos provoca una rápida propagación del incendio.
Las pruebas indican que los vehículos modernos no tienen tasas máximas de liberación de calor inherentemente más altas que los antiguos; esto depende de factores como la fuente de ignición, la ventilación y el tamaño del vehículo. Los plásticos en los vehículos pueden facilitar la ignición y la rápida propagación de las llamas, tanto dentro como entre vehículos.
Los vehículos de celda de combustible de hidrógeno (eléctricos) actualmente en investigación y con distribución limitada, presentan características de incendio muy diferentes a los de combustión interna. En cuanto a los vehículos eléctricos de batería de iones de litio, no se ha demostrado que produzcan incendios más grandes que los de combustión interna similares. Sin embargo, los incendios de baterías tienen características de combustión distintas y representan un desafío para los bomberos, ya que exigen grandes cantidades de agua para enfriar la unidad de batería durante un tiempo prolongado.
Al evaluar los riesgos de incendio en vehículos modernos y la normativa actual, se concluye que la protección con rociadores en estacionamientos parece suficiente para controlar un incendio hasta la llegada de los bomberos. La tendencia de vehículos más anchos y estacionamientos más reducidos, sugiere que los incendios grandes y devastadores podrían volverse cada vez más comunes en estas estructuras.
La rapidez con la que el fuego se propaga de un vehículo a otro en un estacionamiento, particularmente en las primeras etapas (del primer al segundo y al tercero), es crucial para definir la magnitud del incendio y la eficacia de la respuesta del departamento de bomberos en su control y extinción.